Por la mamá de Kevin
Lo de la influencia materna me enternece, pero también me maravilla en este caso, porque Kevin Johansen ha nutrido su música con la cultura de distintos lugares donde ha vivido pero, sobre todo, con las referencias heredadas de su madre, una melómana empedernida (como la mía, a quien debo mi voracidad musical). Eso lo supe en el 2009 cuando lo entrevisté y aunque no he publicado aquí nada relacionado con mi trabajo, creo que esto merece la primera ocasión. Me parece que Kevin representa lo
que es ser DEL mundo, no de un lugar específico y es justamente esa
característica de diversidad lo que creo fascina a Sebastián, aunque
él no lo sepa explicar.
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Kevin Johansen en su niñez. Tomada de su web oficial. |
-Esas combinaciones
eclécticas en cada una de tus canciones demuestran creatividad ilimitada. ¿De
dónde salen las ideas?
-No creo que en realidad sea tan creativo, sino que combino
muchas cosas. Se lo debo a mi vieja que era muy melómana, escuchaba de todo
cuando vivimos en Alaska. Ella era argentinísima y a la vez muy
latinoamericana, escuchaba música de todas partes. Mas allá del tango o el
folklore del norte, ella me nutrió de música muy variada… Bob Dylan, The Beatles…
Desde muy temprano escuché un poco de todo. Al ser una persona de letras, me
incentivo mucho por el lado de la palabra. Me gustan los idiomas. Siempre digo
que vivir una infancia gringa hasta los 11, luego mudarme a Buenos Aires hasta
los 26, la libertad que se incentivaba en casa y ser criado por mi madre,
influyó en lo que me nutrió culturalmente. Para mí el inglés y el castellano son
un solo idioma.
-Has estado nominado
al Grammy varias veces aunque tu estilo no parece el del típico astro pop
latino. ¿Cómo te llevas con eso de los premios, la fama…?
-Creo que lo mejor de los premios, además de la caricia de
miel al ego, es encontrarte con gente que admiras y que les gusta tu disco.
Daniela Mercury, por ejemplo, me dijo que le gustaba “Anoche soñé contigo”.
Otra cosa interesante es que eso de ser el primer alaskeño en ser nominado a un
Grammy Latino debería estar en un Guinness...
-¿Cuál es tu objetivo
como artista, qué esperas de tu carrera?
-Me gusta mucho conectar. Todo se trata de eso, de emocionar
en algún sentido y sorprender también. La tarea de alguien que hace canciones
es sorprenderse uno mismo, para sorprender al otro. Eso nace… Tocar un nervio
propio para tocar uno ajeno... Te tiene que mover a ti. Eso es lo que me
sucede, trato de no caer en la típica canción demagógica, la típica canción de
amor… Son bonitas, pero ya hay cierta desconfianza. Hay sensaciones paradójicas,
ambiguas, hermosas que vale la pena contar. Me gusta mucho algo que dice Youssou N'Dour, “la música es el primer idioma”. Es lindísimo porque trasciende los
idiomas, es la primera lengua que hablamos. En ese sentido uno se emociona
cuando se da cuenta de que hay algo que conmueve, trasciende límites… Es el
sueño de cualquier músico.
-¿Hay alguna de tus
canciones por la que sientas predilección o que disfrutes mucho tocando?
-No hay favoritismo, pero la gente expresa luego cosas que
te conmueven. Cuando hice “Anoche soñé contigo” me dio un poco de pudor porque es
muy simple y yo soy más rebuscado. Me daba un poco de vergüenza mostrársela a
los amigos y resulta que al metalero, a la punky, a todos los hacía llorar…
-Dime un piropo que
te haya funcionado frecuentemente para la conquista…
-Una vez me salió una frase que quedó en una canción llamada “Ese lunar” que dice “tenía el cuerpo más parecido a un alma que haya visto en mi vida”…
¡Me gustó! (aunque nunca le he parado mucho a Kevin)
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