Moda venezolana: Mi amor no tan platónico

2015, Dominicana Moda
Tengo una fascinación por la moda como forma de expresión desde hace mucho tiempo... No sé cuánto, ahora que los pienso. No está documentada ni recuerdo algún momento en que sintiera ese clic mágico que te avisa que hay una conexión especial.

Creo que surgió por cercanía, por tratar de encontrarle un sentido más profundo desde el escritorio de una redacción. Siempre con ese empeño de "meterme para lo hondo", una nota sobre el lanzamiento de una colección, no se quedaba en lead, cuerpo y cola. No. Yo siempre quería más y así -creo- que fui entendiendo la moda como un hecho social más que como un mercado relacionado con las apariencias.

No soy nada nada "fashion" en mi vestir, al contrario. Mientras más fácil sea la pinta mejor me llevo con ella. Pero la moda siempre estuvo presente en mis planes de contenido  como herramienta y recurso posible en Venezuela.

He explorado el tema para la mayoría de los medios en los que he trabajado descubriendo que la moda también es una forma de contar historias, de decir quiénes somos, y allí, hay potencial para crecer.

Al cubrir algunas pasarelas latinoamericanas siempre -inevitablemente- comparo con los intentos realizados en Venezuela por concretar proyectos de moda de verdad y siento que no estamos muy lejos de lograrlo. Es más, impulsando el emprendimiento en moda en Venezuela, a través de mi trabajo en la revista Eme de mujer, que iba encartada en El Nacional, me convencí de que sí es posible.

En Venezuela existe la creatividad, los conceptos, la inspiración, el empeño y si bien los recursos no son muchos, con organización y perseverancia en un entorno menos hostil,  la moda puede llegar a ser una alternativa de economía... Algún día, ya sé... Hace falta humildad para aceptar que hay que educarse, que debe haber menos improvisación, menos amiguísimo y más cultura.

Ese pensamiento me acercó a Elvira y a Carmen Parés, del Instituto Brivil, mujeres empeñadas en creer en la moda venezolana, en impulsarla y en formar gente que tenga esa misma esperanza.

Fui invitada por primera vez a sus desfiles en el año 2009 y desde ese entonces participé muchas veces como jurado para evaluar los trabajos de grado de los estudiantes. Cada desfile era una muestra de que no estábamos equivocadas. En Venezuela, tarde o temprano, se consolidará una gran industria de moda. Los esfuerzos de excelentes creadores a lo largo de la historia de la moda venezolana, no serán en vano.

Desde el consumo masivo no solo se hablará de Ángel Sánchez o de Carolina Herrera como iconos mundiales de nuestro gentilicio, también se hablará de Leonardo DeArmas, quien educa a nuevos diseñadores desde el extranjero; de Daniela Panaro, con sus persistente No pise la grama; de Yenny Bastida, con sus sueños coloridos; Olga López, con Aprilis como vitrina de talento nacional; se hablará de fotógrafos, de periodistas especializados, y así, de muchos venezolanos que desde sus campos de acción están construyendo  ese futuro sólido de la moda venezolana que, de cerca o lejos, muchos visualizamos.




Comentarios

Entradas populares