Mamá ¿qué es un Durex?


Esa fue la pregunta que me soltó mientras yo estaba en la cola del supermercado con los brazos ocupados con compras y unas seis personas delante de mí. Él, aburrido mientras la cola avanzaba a paso de “vencedores”, se fue a hurgar los mostradores que están junto a las cajas registradoras. La mayoría de las veces, esos anaqueles tienen juguetitos chinos que parecen desechables, chucherías, afeitadoras, pilas y hasta bombillos, pero ese día lo que había era una amplia gama de condones Durex.

“Mamá, ¿qué es un Durex?” Dijo con el tono divertido, chillón y de decibeles nada prudentes típico de los niños de su edad. Toda la cola se carcajeó burlonamente, algunos osados voltearon a verme y yo solo atiné a responder: “en la casa te digo, vente”. Como un recurso desesperado busqué a mi esposo con la vista. Él también se carcajeaba mínimamente entre dientes.

La segunda embestida de curiosidad no alivió la primera angustia. “¿Pero son chucherías?”

“No. Vente, en la casa te explico”. Más carcajadas y más miraditas que decían algo como “Lo que te espera”. “¿Cómo vas a salir de esta?”.

Llegamos a la casa y no preguntó más. Pero al día siguiente, un sábado luminoso lleno de energía, como todos sus sábados, se sentó a esperar la respuesta. “Por fin ¿qué es un Durex?”.

Consideré que era muy afortunada porque mi hijo me pregunta todo, sin pena… por ahora. Aún no llega a la pubertad, quizás a los 12 la cosa cambie, pero por ahora lo disfruto. Consideré que debía mostrarle que su mamá puede responderle sus inquietudes o, por lo menos, ayudarlo a investigar. Le expliqué guapeando, para que no se me viera la incomodidad –yo que me la tiro de tener siempre todo bajo control-, que cuando la gente se amaba mucho quería estar muy muy muy cerca… y pensaba “que estrés, esta parte de ser mamá es muy difícil” y que un hombre y una mujer podían estar tan cerca que podrían concebir un hijo si cierta parte del hombre entraba en la mujer y depositaba en ella sus… y dijo “espermatozoides mamá, que parecen renacuajos… los vi en mi diccionario”. “Eeeexacto, pero a veces, quieren evitar que esto ocurra y para eso se usan los Durex, entre otras cosas”.  “Ay Dios, me metí en un lío peor, me va a preguntar qué otras cosas, cómo se ponen, si se comen” y dijo: “Entonces no eran chucherías”. No.  “Ah, ok”. Listo. A veces -la mayoría-  la respuesta que esperan es mucho más sencilla de lo que uno cree.

Me gustó mucho poder responder, pero decidí buscar apoyo para una próxima embestida. Desempolvé de la biblioteca de mi mamá el libro que ella en algún momento, por allá a comienzos de los 80, dejó en un lugar donde yo pudiera encontrarlo en el momento justo. De dónde venimos de Peter Mayle. Didáctico, entretenido y con unos espermatozoides mucho más simpáticos que los del diccionario de tercer grado.
Una de mis ilustraciones favoritas del libro

Comentarios

  1. ¡BUENÍSIMO! que momento tan incómodo, pero lo sorteaste muy bien. Me acabo de dar cuenta que nunca habia leido ningún escrito tuyo y la verdad es que me encantó, espero volver a leerte pronto :) Besitos

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  2. Ay no qué angustia!
    Me imagino tu cara y como le dijiste con los dientes apretados "en la casa te explico" y la cara del otro aguantando la risa...ya era hora de que comenzara a preguntar, pero por lo visto como que ya sabe más de lo que sabíamos nosotras a su edad.
    Que bien que todavía tienes ese libro, yo lo tenía, es el mejor, super sencillo, fácil de entender y entretenido.

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  3. No leo la escena, la miro. No leo tus palabras, las escucho. No leo nada de esto, lo vivo como si pasara frente a mis ojos...

    Ojalá esa confianza con el pequeño aikidista se mantenga a lo largo del tiempo, es vital. Y te apuesto que cuando sea un viejo como nosotras será cuando se dé cuenta de lo valioso que es tener una mamá con quien se puede hablar de cualquier cosa, así sea "escabrosa".

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  4. Adri excelente relato, los niños de hoy no somos nosotros asi que hay que estar precavidos ante esas interrogantes!! acabo de retroceder en el tiempo con ese libro lo recuerdo perfecto, descubriendo tu blog hoy!! me encanto

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  5. JAJAJAJAJAJAJA... habría pagado lo que no tengo por ver tu cara! Pero debo reconocer que me siento orgullosa de ti!
    Ah! Y ese es el mismo libro con el que yo me instruí en mis primeras letras al respecto jajajaja

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  6. Ay Dios mío! Estos relatos están buenísimos para cuando me toque la divina tarea de ser mamá. Debe ser duro pero muy divertido a la vez. LVu Adri!

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  7. Jajajaja así es Ana. Muhas veces me agarro la cabeza y me pregunto -medio desesperada, ojo- "Ay Dios, y ahora qué se hace en estos casos?", pero siempre he salido triunfante... jajaja hasta ahora.

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  8. También me "pusieron a disposición", ese libro por aquellos años... jaja... y recuerdo perfectamente sus imágenes... que nostalgia y que linda vivencia con tu hijo Adri... En unos años, la recordarán y seguramente se reirán picaronamente!!!

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  9. Mi Teran hermofaaaa! como he disfrutado de este texto! No sabia que tenias blog y ademas desde ABRIL NO ESCRIBES!!!!!! POR QUE???

    El tema para Sebas fue en tercer grado.... el Fabio se nos adelanto en primer grado!!!! y algo parecido ocurrio, tambien lo relate en Mommy Bitacora.

    Quiero seguirte leyendo please!!!

    Un befooooo TQMMMMM

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