De frases y citas

El libro de Esther es como una road movie que jamás podrá convertirse en película simplemente porque no hay cómo dibujar a una persona como Eleazar Angarita y, sobre todo, las situaciones en las que se enreda. Sólo leyéndolo se puede sentir que es real, que un tipo como él existe y que está en cualquier parte. En una película, estaría su quisquillosa genialidad constantemente en riesgo, como en una cuerda floja que lo arrojaría sin remedio a convertirse en una caricatura exagerada.

Pero en cualquier caso, al terminar el libro (feliz y con ganas de volverlo a empezar) me quedé pensando en una extensión de la existencia de este tipo, que se sale del libro para ser parte de la realidad. Sólo se me ocurrió agregar a sus vivencias saladas que, a pesar de su esterilidad –la creativa-, se le seleccionen algunas de sus “mejores frases y citas” como a todo famoso escritor de autoayuda.

La gran salvación, para él, sería que sus frases no ayuden a nadie.  Nada más lejos de la realidad. Pero sí, quizás en contra de su propia voluntad, diviertan y hasta enternezcan. Aquí se ofrece una breve selección, para alentar a quienes no han leído El libro de Esther a que lo lean y lo disfruten tanto como yo.

“A la gente le encantan las emociones fuertes… Supongo que en medio del aburrimiento de sus vidas les gusta tener algo miserable en qué pensar, algo terrible a lo cual enfrentarse”.

“Todavía no sé caminar por el borde de la acera, y quizás nunca lo logre. Entonces dime si crees tú que alguien así puede ser un buen padre”.

“Yo era estéril, es verdad (lo soy y lo seré), pero ella era estítica”.

“…Sé que el afecto es posible a partir de poquísimas palabras…”

 Y esta última, muy acorde a la temporada de Semana Santa…

“…no quiero decir que Jesús padecía por haberse excedido con el vino en la última cena, no… Pero lo que quiero explicarles es que el rostro de la resaca es similar al que él mostraba en ese instante”.

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Pregunta aparte: ¿Qué lee uno después de haber sido tan feliz con un libro como este?